Educar en Igualdad. De las palabras a los hechos

OuissanOuissan lo tiene claro quiere seguir estudiando y ser maestra. Estamos en un colegio del norte de Marruecos donde proyectamos el documental “Las Maestras de la República” en las clases de secundaria. Tras el visionado, surgen las preguntas y reflexiones sobre la posición de la mujer en la familia y en la sociedad. ¿Y la cultura?, pregunta un chico desgarbado. ¿Y nuestros derechos como mujeres? le responde una estudiante desde el fondo de la sala. La idea de igualdad como un derecho fundamental, pero también como un factor democrático y de progreso ha ido abriéndose camino en el debate. “Es importante tomar conciencia de que este es un objetivo que nos compete tanto a los chicos como a vosotras” comenta un estudiante. Al salir, me encuentro con Ouissan, de catorce años, lleva tiempo esperándome en el patio para pedirme tímidamente una copia del documental. “Quiero ser como ellas…, como aquellas maestras, por eso quiero seguir estudiando, para defender los derechos de las mujeres de mi país”.

Unas semanas después me encuentro en Dublín. Desde FETE UGT hemos acudido a la Segunda Reunión Mundial de las Mujeres de los Sindicatos de Educación. Una de las mayores preocupaciones que se pusieron de manifiesto en el encuentro es el retroceso educativo que está sucediendo en una gran parte del mundo. A menos de un año del compromiso de cumplimento de los Objetivos del Milenio, el avance en la escolarización primaria no ha logrado ser universal. La política neoliberal que transforma el derecho de la educación en un servicio comercial, supone un claro obstáculo para el desarrollo de una educación pública de calidad que ayude a avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres, y con ello, a prevenir las distintas formas de violencia de género.

Los procesos y resultados desiguales en la enseñanza y aprendizaje son el producto de interacciones constantes entre tres dinámicas (etnia, género y clase), en tres esferas (económica, política y cultural), tal y como postula la teoría sobre las discriminaciones múltiples. No todas las luchas de las mujeres son iguales, señala Metcalfe, en una reflexión personal sobre la educación y los momentos que marcaron su forma de pensar y su activismo; “el hecho de que algunas mujeres puedan acceder a derechos que otras asumen como universales depende de cuestiones como “la juventud, el idioma y el tiempo. La etnia, la clase social, y el estatus: son factores que, conjuntamente, determinan las distintas situaciones en las que se puede encontrar cada mujer”. Es fundamental analizar y comprender estos contextos diferentes para desde ahí programar acciones de lucha contra la desigualdad en cada país.

En este sentido, es necesario recordar la necesidad de adoptar medidas que garanticen la plena escolarización en la etapa primaria y mayores cuotas de participación en las etapas posteriores. Entre ellas:

La abolición de las tasas escolares; el mantenimiento de los costes directos e indirectos de la escolarización suponen hoy día uno de mayores los obstáculos para el acceso de las niñas en contextos de pobreza, lo que agrava el confinamiento de las niñas al espacio doméstico y fortalece el estatus de dependencia.

Animar a las familias y comunidades a invertir en la educación de las niñas, facilitando incentivos en especie, subsidios o cualquier otro tipo de apoyo a los ingresos familiares para compensar la aportación que supone el trabajo de las niñas a la economía familiar.

Eliminar los prejuicios sobre la formación de las niñas, fomentando modelos de referencia positivos como son las maestras que alentarán a las niñas a seguir cursando estudios para lograr el desarrollo de sus potencialidades y adquirir independencia vital.

Incorporar la igualdad en el currículo escolar. Los estudios sobre desigualdad en la escuela ponen de manifiesto cómo siguen existiendo discriminaciones directas e indirectas que continúan perpetuando los roles sexistas. La principal consecuencia de ello, es la falta de diversificación en las trayectorias formativas de las niñas, lo que determinará las diferentes posiciones en el mercado laboral y reforzará la segregación por ocupación y condiciones laborales.

Rediseñar la experiencia escolar para evitar que esta pueda ser una experiencia traumática para las niñas. La presencia de perjuicios, violencia, estilos didácticos que refuerzan la creencia de que las niñas tienen menos posibilidades de éxito o que no merece tanto la pena la inversión en ellas, debe ser abordado, y para ello el trabajo y formación del personal docente es fundamental.

Ouissan ha tenido la oportunidad de acceder a una educación donde la igualdad tiene una presencia real tanto en las palabras como los hechos, suyo es un futuro, donde participara con plena conciencia para construir una sociedad donde todas las niñas puedan recorrer este camino.

LUZ MARTINEZ TEN

Publicado en Mayo en Revista Escuela Española